"Al toreo no le gusta el sexo"
La salud del toreo se verá a partir de ahora. Esta enfermedad brutal que ha sacudido economía, valores, formas de actuar, planteamientos…se ha dilatado en el tiempo de forma suficiente como saber que va a ser del toreo cuando las aguas se calmen. Y será, en gran parte, lo que pase este año, en donde se aseguran cambios. Y donde se van a sentar las bases para más cambios en el 2014. Respecto a las programaciones y pliegos queda probado el grito de este medio durante tanto tiempo: reducir en cada feria, en cada plaza. Hacer la fiesta en números y calidad que cada ciudad admita. Málaga lo ha visto, Zaragoza lo verá. Valencia cambiará, como tantas plazas que lo están haciendo. Es un paso de vida o muerte.
Pero el gran paso ha de ser Madrid. Hay que abrir un debate sobre el toreo en Madrid. Porque las bases de la fiesta en Madrid tienen aún un criterio absolutamente administrativo/político a través de su pliego de condiciones. Todo el que tiene dos dedos de frente sabe que los planes y presupuestos en cualquier faceta o asunto, se están variando día a día, en función de la realidad social y económica. Madrid y su Administración cree poder llegar al final de la actual “legislatura taurina” manteniendo las pautas de gestión de otros tiempos. Qué error. No se entiende que la misma administración que pide, exige, cambia y legisla medidas respecto a la crisis, no haya hecho NADA en las Ventas, la plaza de mayor presupuesto y costes del toreo.
Los toreros han variado sus caminos hacia apuestas. Cada uno a su modo. Una buena forma de admitir un compromiso mayor. Pero es que han sido ellos los que, de forma individual, han acogido las necesidades de los más jóvenes, sujetando su afición a la espera de que puedan hacer su aportación económica en taquilla. ¿Los toros? Vamos a ver si es cierto que se va viendo que la reducción de camadas implicó una selección mejor. Lo cierto es que toros de distinto tipo y sangre han embestido en Arles (en donde el torismo si tuvo el sello honorable) y no digamos la corrida de Garcigrande en Sevilla. A ver qué pasa en la feria…
Lamentablemente, pero razonablemente, han sido las individualidades, plaza a plaza, torero a torero, ganadero a ganadero, quien han variado el paso, sin esperar que las administraciones se alejen de los debates estériles sobre el sexo del toreo. Cada vez es más sensato pedir una gestión más apegada al sector, más desde el sector, si éste es capaz de dar estructura a esas acciones individuales que están apuntando cambios en el toreo. Nos preguntamos que de grande sería este mundo con una mínima estructura, con un mínimo de sentido común colectivo.
Individualmente tenemos a grandiosos personajes. De forma colectiva una especie de familia mal avenida en donde la creencia de que el otro viene a quitarme la cartera es la ideología asumida por el toreo. La cartera, en verdad, se la llevan quitando al toreo los pliegos de condiciones ruinosos de las administraciones públicas, su pésima gestión, y encima tenemos que escuchar en el Parlamento que nos subvenciona. Siendo el mal del toreo, no una cuestión de subvenciones (este medio no cree en papá Estado) sino una cuestión de intervencionismo de república bananera en su gestión.
Claro que aquí lo público hace collera con empresas privadas como los Maestrantes. Para esta cuenta de resultados:
De cada UN Euro ingresado en una taquilla. El toreo (empresa, toreros, ganaderos, etc…) se reparte apenas el 31%. Por eso, preguntamos:
¿Por qué esa actitud de pelear entre “nosotros” hablando de un reparto más justo de ese 31, mientras que miramos hacia otra parte ante la gran injusticia, incoherencia y estrangulamiento del 69 (21% de IVA, 32 a 35% de piso de plaza antes de impuestos, 3% de costes de plaza, 7% impuestos indirectos, más seguridad social y otros) que no olemos y que si generamos?
Será que no nos gusta el sexo. Por lo del 69.
